lunes, 12 de noviembre de 2012

Historia

 

 

Historia de la Prevención

Los intentos datan de más de 40 años atrás, con programas que en la década de los 60 y 70 se basaban en el conocimiento racional de las sustancias, sus efectos y características; en aquella época se partía de la hipótesis de que la ausencia de información sobre los efectos nefastos del consumo aumentaba el problema, diseñando de esta manera programas que buscaban llenar los vacíos informacionales.
En la década siguiente surgen programas que ya no se basan en la modalidad especifica de hacer prevención que caracterizo a los primeros programas preventivos, volcándose hacia una modalidad inespecífica centrada en el desarrollo personal, metodología que hizo aportes, pero que al evaluarse rigurosamente, no arrojo los mejores resultados (Becoña, 2002), ya hacia finales de los 70 y principios de los 80, los modelos viraron hacia el modelo de influencias sociales, especialmente a los aportes de Bandura (Becoña, 1999) y la intervención psicosocial del ambiente más próximo, la personalidad y los factores de riesgo conductuales. Entre los 80 y los 90 surge el modelo de habilidades generales, en donde se destaca principalmente el famoso programa de entrenamiento en habilidades para la vida de Botvin (1995), centrado en el desarrollo de habilidades generales que enfatizan el manejo de influencias sociales. Actualmente, la tendencia gira a la hoy llamada prevención basada en la evidencia (CSAP, 2000, NIDA, 1997, ADES, 2004, Becoña, 2002).
La ciencia de la prevención aplicada al campo de las drogodependencias requiere de definiciones concretas acerca de lo que es un programa de prevención; la definición que en nuestra consideración más se ajusta es la de Cañas (2004):
“Es decir, los modelos teóricos y los programas prácticos de una auténtica prevención son los que ayudan a la persona toda a descubrir el sentido del respeto de sí misma y de los demás, el sentido de su libertad y de su responsabilidad, el valor de la vida ética (veracidad, honestidad, etc.), la comunicación y el encuentro con los demás, el auténtico placer y el auténtico sufrimiento, etc. De lo contrario la prevención será insuficiente no sólo para afrontar los problemas adictivos, sino también el resto de problemas.”

 

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